CAMBIOS EN SALUD ORAL CON EL ENVEJECIMIENTO.

 

Hasta hace unas décadas, los más mayores formaban un grupo de la población que no iba casi nunca al dentista o, si lo hacía, era porque tenía dolor, para que les extrajeran dientes y les realizaran o les adaptaran prótesis extraíbles.

La llamada tercera edad se ha convertido en una nueva etapa vital habitualmente muy activa. Muchos de los cambios físicos que se producen con el paso de los años afectan, directa o indirectamente, a la salud oral.

Por eso, se aconseja desarrollar programas de prevención adecuados a este grupo de población.

 

CAMBIOS BUCODENTALES EN LAS PERSONAS DE EDAD AVANZADA.

Poseer un estado de salud oral no implica indefectiblemente tener 32 dientes en perfecto estado.

Dentro de la enfermedades que afectan a la salud bucodental la caries es la principal causa de pérdida dental en todos los grupos de edad y, por supuesto, también en las personas de edad avanzada. La periodontitis es la segunda causa de pérdida dental, y su importancia aumenta con la edad. Pero también es muy frecuente en estas personas la erosión y abrasión dental.

Todas las personas sufrimos transformaciones a medida que nos hacemos mayores. El organismo va perdiendo una proporción importante de agua, la grasa ocupa progresivamente territorio que correspondía a la musculatura, el tejido óseo va perdiendo densidad y su estructura se vuelve más quebradiza.

El aumento en el consumo de medicamentos tiene una clara repercusión a nivel oral: muchos de ellos causan disminución de la actividad de las glándulas salivales.

Las personas de edad muy avanzada presentan una disminución progresiva de la sensación gustativa y olfatoria.El gusto de los sabores dulces es el que permanece más preservado, siendo el gusto por lo salado el que más se altera.

 

tercera dientes

 

LA HIGIENE ORAL EN EL PACIENTE DE EDAD AVANZADA.

Es posible conseguir que una persona de edad avanzada adquiera unos hábitos periódicos de higiene oral. Básicamente se aconseja el cepillado dental después de las comidas principales a lo largo del día y, si es posible, la higiene interdental una vez al día, preferentemente por la noche. Y en ocasiones si fuera necesario el uso de un antiséptico suave.

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