¿Sabías que con el cepillo de dientes solo limpiamos el 60% de la superficie del diente? Aunque parezca que están limpios en la zona interproximal, es decir, el espacio entre diente y diente, se acumulan restos de comida y bacterias que forman la placa bacteriana. Esta placa bacteriana es la causante de la inflamación de las encías, convirtiéndose en sarro y originando mal olor de boca y posibles caries.
¿Cómo podemos acceder a estas zonas interproximales?
Según el tipo de espacio, que puede ser abierto o cerrado, se recomiendan distintas herramientas para poder limpiar de forma eficaz y lograr una higiene dental completa.
- Cepillos interproximales: son unos cepillos con distinto grosor para espacios abiertos que nos permiten limpiar entre diente y diente. Son muy utilizados por pacientes con gingivitis o enfermedad periodontal ya que estos tienen mayor separación entre los dientes.

- Hilo o seda dental: se utiliza en espacios cerrados, es decir, cuando los dientes están más juntos entre sí. Podemos utilizar hilo (es más fino) o bien seda o cinta (es más ancha). La forma de uso es cortando un trozo, enrollarlo entre los dedos y deslizarlo suavemente hacia arriba y hacia abajo entre los dientes. Debe utilizarse una sección de hilo limpio a medida que se avanza de diente a diente. Para extraer el hilo, sacarlo hacia arriba y alejarlo de los dientes.
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